Un buen diseño es atemporal… Nosotros, no tanto.
Un buen diseño es innovador, útil, estético, comprensible, discreto, honesto, concibe exhaustivamente hasta el último detalle, respeta el medio ambiente y es diseño en su mínima expresión, un buen diseño es atemporal. Dieter Rams es el diseñador industrial que está detrás de este planteamiento tan famoso. Para aquellos a quienes no les suena el nombre, está asociado a la compañía Braun y su trabajo fue clave en el renacimiento del diseño Funcionalista de finales de los 1950.
Rams no menciona en su planteamiento, que a pesar de poder crear propuestas de diseño no ligadas a las modas pasajeras, nosotros eventualmente sí seremos pasajeros, somos humanos. Las tan sonadas generaciones en la era digital lo remarcan, pues tu concepción del mundo y desenvolvimiento, dependen mucho de cuándo naciste, y no hablo de una cuestión zodiacal, sino de las circunstancias históricas que te han tocado vivir desde tu nacimiento.
Soy Diseñadora Industrial y soy Centennial, encuentro afinidad entre mis ideales y el planteamiento tan meticuloso de Dieter Rams. No es difícil entenderlo, soy de una generación que nadie se tomó en serio de chicos y entonces decidimos hacer lo que quisimos. Vivimos las consecuencias del terrorismo y las recesiones, estuvimos obligados a aprender a salir de situaciones difíciles y a exigirnos la perfección desde niños porque nuestros padres no podían pedirnos menos.
Y en ese término de hacer lo que quisimos, me aventuré en el Diseño Industrial, en otro lugar del país, no sería ingeniera valuadora, ni estudiaría donde nací, como deseaban mis padres, sería Diseñadora, sólo porque yo quería serlo. Y con el tiempo llegué a mi primer trabajo: Diseñadora Industrial Junior, una centennial buscando explotar su creatividad al máximo, que trabaja duro y cree que el mundo tiene un futuro bueno si todos hacemos algo, toda una activista.
Mi jefe: un baby boomer; vio al hombre llegar a la luna, fue hippie en sus 20 y se convirtió en un admirable Diseñador Industrial. Crecí como persona al trabajar juntos y él también, la diferencia de edades era demasiada. Me enseñó a hacer planos y dibujo con una técnica perfecta… ¡A mano! Le expliqué que Rhinoceros no hace todo solo… ¡Y no me entendió! (spoiler: ahora somos grandes amigos). Él es excelente, pero el mundo del diseño ya no es lo que a él le tocó.
Un buen diseño es atemporal… Nosotros no tanto y aunque pareciera una sentencia, sí podemos hacer algo al respecto. El tiempo avanza rápido y deberíamos dejar un legado que no dependa de una generación, pues esto, para alguien como yo, es mantenernos vivos. Y puede que te preguntes ¿qué me puede enseñar sobre la atemporalidad una Centennial que tuvo como mentor a un Baby Boomer? Tal vez sólo recordarte cinco cosas humanas y profesionales básicas:
- Somos parte de un todo y ese todo nos afecta, hay que actualizarnos a diario.
- Necesitamos tener personalidad innovadora, encontrar soluciones en lugar de problemas y aplicarlas.
- Practicar la comunicación y la empatía, entender el contexto de las personas con las que trabajamos, todos somos distintos y está bien.
- Esforzarnos por crecer cada día como profesionales y como personas, aprender de los otros y permitirles que aprendan de nosotros.
- Poner el corazón en cada una de las cosas que hagamos, necesitamos dejar más amor en el mundo.
Al final, no importa en qué generación de la era digital te tocó nacer, todos los días descubro que esto es cada vez menos importante y en realidad es la facilidad de adaptarse a los tiempos de forma individual y en equipo la que se impone, es recordar que somos humanos y si deseamos un legado atemporal, debemos aspirar a él con cada uno de nuestros pasos.