¿Tenemos equidad?
¡Necesitamos equidad!
Se dice que la razón por la cual no hay más mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; por sus siglas en inglés) es no tener suficientes modelos a seguir .
Mientras me enfrento a la página en blanco para escribir sobre la mujer en la tecnología me llegan noticias sobre la situación de violencia contra la mujer en México, y hablo de México porque es mi contexto y hoy me duele. Cuando leo una de estas noticias no puedo más que pensar en qué hubiera pasado si el mundo fuera al revés, si el poder se hubiera ocupado históricamente por mujeres en lugar de hombres, si por lo menos la equidad fuera una realidad y no un sueño que a veces parece lejano.
No puedo hablar de violencia porque no es mi campo, ni creo sea un asunto que deba ser tomado a la ligera. Estos temas me dieron pauta para hablar desde mi experiencia como mujer tanto en México como en un campo que no se percibe femenino, como es la tecnología y la innovación. Escribo que no se aprecia como femenino muy a propósito, el mundo es un lugar de percepciones. Si de algo podemos estar seguras es que la innovación se da en casa más que en cualquier otro lugar, desde la historia para transmitir paz cuando se vive en estado de violencia, pasando por el manejo de un presupuesto escaso para lograr vestido, techo, comida y sustento, hasta cómo lograr un plato maravilloso con lo que se encontró en el refrigerador.
Se dice que la razón por la cual no hay más mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; por sus siglas en inglés) es no tener suficientes modelos a seguir, y creo que están en lo correcto, pero no es el único motivo. En las carreras percibidas como masculinas existe un acoso velado a las mujeres, desde el laboratorio al que mejor no entras porque siempre está el grupo de chicos con carteles poniendo calificaciones a las compañeras, hasta el maestro que en un equipo de trabajo se voltea con la chica a decirle que tome notas para poder hacer los cambios pertinentes al proyecto.
Quisiera decir que el acoso se acaba en la escuela y una vez en el mundo laboral las cosas cambian, pero la realidad es que seguimos teniendo hombres explicando un trabajo que nunca han realizado pero que creen lo harían mejor que la experta en la materia. El acoso se mantiene en las reuniones donde la mujer opina y un hombre decide interrumpirla sin escuchar la opinión completa, me dirán que todos, hombres y mujeres lo hemos sufrido, pero sumen el número de veces que una mujer calla por dicha razón y entenderán mi punto.
El acoso se vive también en la casa cuando al hombre le preguntan cómo va su trabajo y a la mujer le cuestionan por qué no tiene pareja. La falta de mujeres en tecnología viene de casa, de falta de ejemplos, el techo de cristal, el acoso y en muchos casos por evitar ir contra el estatus quo.

Hoy leía sobre “el efecto Scully”, si como la de los “X-Files” (serie de culto de finales de los noventa). El personaje principal, Scully, logró inspirar a miles de niñas y adolescentes a integrarse en roles típicamente considerados masculinos como carreras STEM y enlistarse en agencias de investigación gubernamentales, especialmente en Estados Unidos. La ironía del tema es que mientras el personaje representa la equidad en roles de género, los creadores de la serie le pagaban a la actriz la mitad de lo que ganaba su compañero, mismo problema que se replicó en 2015 cuando intentaron revivir la serie. Esto lo viven muchas mujeres hoy, sí, en 2020 todavía sucede, en muchas más industrias que la del entretenimiento.
Mientras sigamos estereotipando los roles de género, pensando que el hombre debe ser proveedor y la mujer cuidadora las cosas no cambiarán. Mientras ensalcemos las bondades de un líder masculino y hablemos de una mujer como mandona las cosas no cambiarán, mientras desestimemos la experiencia laboral de la experta por escuchar al novato en el área estamos, con nuestras acciones, limitando el potencial de las mujeres en todos los ámbitos.
Hoy nos toca escuchar a quien tiene la experiencia, cuidar los ejemplos que ponemos en roles de liderazgo, tener políticas laborales donde a trabajo igual pago igual, proporcionar apoyos para permitir la equidad en escuelas y oficinas, condenando el acoso por lo que es y garantizando la seguridad para desarrollar nuestras habilidades. Hoy nos toca no solo hablar de equidad sino implementarla todos los días desde nuestro campo de acción llámese casa, espacios públicos, escuela o trabajo.