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Emprendimiento Vanguardia
Rodrigo Herrera Rueda

Supervivencia empresarial en tiempos del COVID-19

” La única forma de generar un cambio en la realidad es atrevernos a hacer algo nuevo”.

La economía del siglo XXI está llena de especulaciones, rumores y constantes cambios, es altamente sensible a cualquiera de ellos y con eso genera un tema de desconfianza, contención y abandono de aquellos participantes en alguna situación que presuntamente esté generando esta volatilidad de mercado. Pero qué pasa cuando ocurre una crisis generalizada. Por definición, una crisis es un evento en el cual se presentan varios periodos en los que una economía afronta dificultades durante un tiempo prolongado o, dicho de otra forma, es una parte del ciclo económico en la cual se produce un decrecimiento sustancial en la economía. Así que, cuando hablo de una crisis generalizada me refiero a que existe un factor externo común en más de una economía del mundo o incluso en la totalidad, que afecta directamente su crecimiento y contrae toda actividad empresarial. Estos fenómenos a menudo se entienden como catástrofes, conflictos bélicos, guerras comerciales, problemas ideológicos o sociales y por supuesto pandemias.

Este año de los gemelos, el año de los dos 20 o como lo nombramos 2020, nos encontramos ante un escenario de crisis y si bien no es un secreto que la economía lleva meses en periodo de desaceleración, este año nos recibió con un evento coyuntural, “el virus SARS COV2” que produce la enfermedad denominada COVID-19, comúnmente llamada Coronavirus, cuyo epicentro estuvo en el mercado de Wuhan hace unos cuatro meses y que ha paralizado a las economías del mundo.

¿Qué es el efecto COVID-19? Es algo difícil de entender, pues nos cuesta trabajo imaginar que un enemigo tan pequeño, invisible a la vista, tenga en aprietos a todos los países del mundo. La realidad es que no estábamos preparados para una situación sanitaria de tal magnitud y que, en un esfuerzo por contener esta pandemia, nos ha obligado a tomar medidas como el distanciamiento social y a la suspensión de actividades no esenciales. Esto sin duda ha frenado la industria, los servicios y la comercialización de bienes y servicios.

Si la gente no puede salir o vivir su vida de forma normal, no consume de la misma manera, no puede viajar, salir a comer o a cenar, deambular por centros comerciales o lugares concurridos, no está permitiendo que las empresas generen los ingresos necesarios para sobrevivir. Dicho esto, nos encontramos en un punto en donde el mundo se ha cubierto de un gran manto que nos alerta “nadie se mueva”, sin decirnos cuándo podemos volver a la normalidad. Es un punto de mucha incertidumbre que deberemos afrontar porque es difícil concebir un mundo inerte. Debemos ser muy estratégicos y encontrar oportunidades incluso en los tiempos más oscuros, pues el mundo depende de ello.

Grandes calificadoras y expertos como McKinsey & Company, vislumbran una recuperación en forma de “U”. Esto significa que la economía como lo hemos visto caerá y se mantendrá un tiempo abajo mientras esta pandemia continúe para posteriormente ver una recuperación constante hasta alcanzar la normalidad, esto nos muestra que la clave no está en pensar qué haremos cuando esto acabe, pues todo parece indicar que la demanda de bienes y servicios se recuperará cuando termine, por el contrario, debemos pensar qué hacer mientras estamos abajo, es decir cuáles acciones podemos concebir en las empresas, en el sector privado, para aguantar este periodo de contingencia y no se tengan daños letales, es decir, aguantar lo más posible para llegar al día en que el mercado se recupere. Ahora, para alcanzar ese día se requieren ingresos, los cuales pueden llegar a través de acciones que permitan aguantar o contener los daños de parar actividades y encontrar cómo movernos sin tener que salir a la calle o afectar el distanciamiento social.

Estas estrategias deben ir en torno a dinamizar la parte comercial, es decir, primero debemos identificar el mercado de cada empresa, para entender si ofrecen productos de primera necesidad o no. En este momento los artículos de primera necesidad están teniendo un alza en la demanda debido a la urgencia por parte de los consumidores dada la situación sanitaria, pero, para el caso de los productos no esenciales, bienes de lujo u otras actividades económicas, pareciera que la demanda se contrae. Sin embargo, este no es un escenario absoluto, pues depende mucho de la óptica, ya que, hoy en día existen varios formatos de venta aparte del físico y no todos los consumidores sacrifican su estilo de vida o han visto castigado su ingreso. En el caso de bienes y servicios no esenciales se deben orientar los esfuerzos hacia los mercados de nicho, es decir, mercados con características muy específicas, con el potencial económico de seguir comprando. Son mercados más pequeños pero que compran regularmente, en este caso se debe apelar a la penetración de mercado, vender con más frecuencia a un grupo de consumidores.

Para lograrlo, es importante entender que estos consumidores quieren seguir comprando, pero tienen la imposibilidad de salir a la calle. Si las empresas facilitan el acceso, la disponibilidad de puntos de venta y la distribución, estos consumidores no dudarán en adquirir los productos con tal de mantener su estilo de vida, aunque sea parcialmente. Es por ello que una recomendación muy importante para los empresarios es mirar hacia el canal de venta virtual y ofrecer sus productos en marketplace como Amazon, mercado libre o generar tiendas virtuales propias.

El tema de la administración de recursos se vuelve crucial en estos tiempos de contingencia pues las organizaciones deben aprender a ahorrar en gasto, esto significa que se debe hacer un análisis de acciones que no generan valor que pueden ser pospuestas e identificar formas de aplicar la sustentabilidad en acciones empresariales para generar ahorros importantes. Ante todo, hay que cuidar el flujo de efectivo. Como herramienta empresarial, la aplicación de un SCAMPER podría ser una opción interesante, pues permite identificar los procesos, acciones, bienes o servicios que deben ser sustituidos por otros. Analizar qué procesos pueden ser modificados y/o combinados para obtener mejores resultados y detectar las mejores prácticas del mercado para adaptarlas a nuestra empresa de forma rápida, esbelta y eficiente.

La incertidumbre parece ser ya una constante en este nuevo mundo, las cosas pasan más rápido y no estamos exentos a situaciones como la que se vive con el COVID-19, pero es importante estar preparados y atentos ante lo que pasa.  Las tendencias y las nuevas tecnologías son las claves para determinar qué hacer para tener un futuro próspero sin dejar de lado la innovación, pues la única forma de generar un cambio en la realidad es atrevernos a hacer algo nuevo.

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Rodrigo Herrera Rueda
rodrigoantonio.hr@gmail.com
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