Fabricando localmente, apoyando mundialmente
¿Cómo podemos hacer la diferencia y apoyar a nuestra primera línea de defensa?
No es algo que no se sepa, hoy en día muchos estamos luchando nuestra propia guerra generada por el COVID-19, puede ser que estés viviendo un momento de reflexión o una crisis frustrante, tal vez estés con Home Office o aplicando a vacantes laborales de forma desesperada, quizá necesites salir de tu casa pues no te queda de otra o tal vez sientas impotencia por quienes lo hacen.
Al final, todos estamos viviendo algo que nos cambiará la vida de una o de otra forma, pues todos somos vulnerables ante la situación; por eso no podemos ignorar a las miles de personas en los hospitales haciéndole frente a la pandemia, sin protección. Debemos recordar eso, aquellos en nuestro sector de salud siguen siendo humanos, personas vulnerables que pueden ser afectadas y sin ellos estaremos asegurando una brecha médica de al menos seis años por cada uno.
Muchas personas han respondido en todo del mundo, diseñadores, ingenieros, cualquiera con acceso a fabricación digital o simplemente con ganas de hacer algo al respecto, están utilizando los recursos con los que cuentan para producir caretas de protección, cabinas de intubación, respiradores y muchos otros dispositivos de asistencia y protección médica. Pero no está siendo suficiente.
Una buena causa nos une y queremos que todo el mundo pueda ser parte de ello, por eso el Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica te invita a proteger a tus médicos fabricando localmente nuestra propuesta, para que juntos cuidemos de quienes arriesgan sus vidas para salvaguardar la de todos.
Así comenzó esta historia, con un pequeño equipo del área de proyectos del IDIT que decidimos colaborar para disminuir los efectos de la pandemia mediante nuestro fuerte: el diseño, la innovación y la tecnología. Optamos por fabricar caretas de protección para médicos, pues consideramos que era el primer paso, la necesidad más básica a cubrir y no fuimos los únicos en entenderlo.
Observamos que las colaboraciones en distintas partes del mundo recurrían a la impresión 3D, y a pesar de ser propuestas inteligentes, al día lograban asegurar una producción promedio de 28 caretas por impresora en una jornada laboral sin descanso, con materiales que no son económicos. Y seguíamos vislumbrando el problema mayor: la demanda es altísima, comenzamos con una estimación de nueve mil caretas para cubrir Puebla y Tlaxcala, dos días más tarde dicha demanda se había elevado a los quince mil, para más tarde convertirse en 45 mil.
Y fue así, sin tiempo, con preocupación y mucho ingenio, que nos preguntamos cómo podríamos apoyar a nuestra primera línea de defensa con los recursos con los que contamos. En un esfuerzo de innovación frugal nos enfocamos a diseñar una careta fácil de fabricar, fácil de limpiar, económica y con materiales accesibles e hicimos un testeo iterativo del primer prototipo en el Hospital del Niño Poblano, utilizamos tres tiras de plástico (estireno), dos remaches, una liga y un acetato… Fue un éxito.
Un par de días más tarde estábamos listos, conformamos un equipo de doce personas, dos cortadoras láser para acelerar el proceso de corte, ocho remachadores manuales donadas, cubrebocas, guantes y mucho cloro. Jamás imaginamos que llegaríamos tan lejos y más personas quisieran sumarse a la producción, no obstante, por temas de cultura de protección y salud, no puede haber tantas personas en la planta colaborando al mismo tiempo, por lo cual se buscó el apoyo mediante difusión, donaciones económicas y sobre todo donaciones en especie. Actualmente fabricamos en promedio hasta 1300 en una jornada de trabajo y, sin contar nuestra aportación de mano de obra, el total del costo de la careta IDIT ronda los $14.00.
El diseño es Open Source, cuenta con la licencia de Creative Commons, es decir, es de cultura abierta y lo encuentran en línea (Liga del manual) para que el acceso al manual del producto sea libre y global. Así aseguramos que cualquiera lo pueda copiar y modificar, que experimenten con el diseño y los materiales; sin embargo, recomendamos el uso de superficies no porosas y fáciles de limpiar en un hospital.
Más de nueve mil personas han sido beneficiadas y nos quedan muchas por apoyar, lo hemos logrado gracias a nuestro equipo de voluntarios, pero sobre todo a la aportación que muchos ciudadanos han hecho, sin la sociedad no habríamos llegado tan lejos. La demanda sigue creciendo, por lo que además de donarlas en distintas regiones, invitamos a que si pueden comprarlas lo hagan ya que esto asegura la adquisición de mayor material para fabricar más caretas y seguir con nuestra labor, entregándolas a quien más lo necesita.
El haber generado una propuesta descargable en cualquier parte del mundo, nos ha entregado imágenes que han tocado nuestros corazones, cientos de personas usando nuestras caretas y fabricándolas, protegiendo a quienes más quieren. Saber que hemos logrado una unión para cuidarnos entre todos y sobre todo a nuestros héroes del sector salud, nos inspira a seguir adelante, pues esto aún no se termina y tampoco nuestra motivación.
Únete, haz la diferencia, cuídate
y cuida a los mayores, saldremos juntos de esto.