El fantasma de la inclusión
¿Te has sentido discriminado o excluído alguna vez? ésta es una pregunta que muy pocas veces se hace porque aún hoy es un tema que se disuelve en medio de la laguna del desconocimiento, la indiferencia y la incomodidad.
La discriminación sigue siendo lo cotidiano en México, las personas lo experimentamos de una u otra manera diariamente, directo o disfrazado pero existente, y para poder hablar de una “inclusión” forzosamente debemos saber qué es la discriminación.
En México, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación nos dice que:
“Se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades.” (Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, 2014).
Pero para ayudar a entender la verdadera dimensión de la discriminación en México, y comprender cuánto afecta en todos los aspectos a nuestra sociedad, es necesario conocer algunos datos, por ejemplo, consultando el CONAPRED, de los 125 millones de personas que habitamos México (hasta el año 2018), 6.6% tienen algún tipo de discapacidad y 65.1% de ellos, considera que no se respetan sus derechos.

Discriminación hay de muchos tipos, y es importante hablar también de la discriminación hacia las mujeres por el simple hecho de serlo. Las mujeres en México representan el 51.4% de la población, 4 de cada 10 mujeres ha experimentado humillaciones, menosprecios, encierros, entre otras cosas desagradables. Tan sólo en 2010, 56% de las mujeres coincidió que no son respetados sus derechos, ¿cómo será ahora, una década después? ¿crees que sea diferente?

La juventud no está exenta de ser discriminada tampoco, ni de sufrir privaciones sólo por su rango de edad, del 31.4% que abarca de la población total en México, 9.1 millones de jóvenes carecen del acceso a la alimentación, y en cuanto a los servicios de salud son 8.3 millones de jóvenes que no tienen la posibilidad de una revisión médica mínima, pero lo que más sorprende es que más de 6 de cada 10 jóvenes CREAN que en México, sus derechos se respetan muy poco o nada.

Estamos viviendo en un país en el que 63.8 millones de personas perciben ingresos mucho menores a la línea del bienestar económico y esa brecha tan dañina desafortunadamente (y entre otros factores) sí es producto de la discriminación.
Ésta cifra representa el 51.04% de la población total del país ¿qué nos está indicando ésto? que la discriminación está llegando a un alto nivel abarcando a más y más personas, aislándolas e impidiéndoles hacer cosas, mermando también su autoestima.

Sabemos que hay muchas personas que quieren y pueden trabajar, participar de alguna actividad no solo para sobrevivir sino también por contribuir con la sociedad pero frecuentemente son discriminados y se ven relacionados con prejuicios como la poca productividad (tanto en ancianos como en jóvenes), limitaciones académicas, intelectuales, y de rendimiento físico. Ineficiencia en pocas palabras. El CONAPRED comenta a propósito que la discriminación hacia grupos vulnerables ha traído “consecuencias graves durante generaciones, pues en lugar de que se establezcan las condiciones necesarias para su pleno desarrollo, se les margina y rechaza al marcarlos como incapaces de formar parte de la visión homogeneizante de la normalidad”.
Entonces, el día de hoy que estamos empezando a vivir supuestamente en la nueva normalidad ¿qué consecuencias crees que tuvo y tendrá el confinamiento con respecto a la discriminación? ¿qué nuevas formas de discriminación surgieron a partir de la pandemia de COVID-19? ¿qué puedes hacer tú desde tus privilegios y saberes? ¿cómo podríamos juntos y desde nuestra ocupación, contrarrestar los efectos de la pandemia con respecto a la discriminación?
Y lo más importante, en esta nueva realidad ¿cómo podríamos generar una cultura de auténtica inclusión, aquella que no sea un adorno ni un fantasma?
Autor Por: Victoria Meneses Castrejón
victoriamenesescastrejon@gmail.com