Diseñadora y empresaria
Cuando estudiaba en la universidad, tuve un maestro ingeniero industrial que entonces trabajaba para la VW y nos decía que la carrera de diseño industrial no debía existir, que no hacían falta pues ya había ingenieros industriales; desde luego, no lo contradecíamos, su ego era grande y también sabíamos algo cierto: un diseñador conoce de color, espacios, formas, de estética, interactúa con el usuario del producto y como bien sabemos no son temas que dominen los ingenieros.
Pero sigue habiendo expresiones negativas como: El diseño no importa; que sirva es suficiente; píntalo del color que me gusta; aunque no se tenga idea si es el adecuado para determinada situación. O, si caben está bien, aunque después se rompan o aplasten. Hazlo como sea, pero barato, etc. En consecuencia, cuando se ofrece diseño, lo obvio para algunas personas es que no se necesita.
Cierta ocasión, cuando manejaba una publicación mensual para incrementar ventas en los negocios, donde se vendían espacios y se incluía la elaboración del diseño, un cliente de una empresa mediana me dijo que no necesitaba el diseño pues su sobrino hacía cosas muy bonitas y se lo pediría a él. Le pregunté si había estudiado diseño y me dijo que no… estaba en la secundaria, desde luego enmudecí. ¿Cómo debatir eso? Me quedó perfectamente claro la falta de valoración del trabajo del diseñador por parte de esa persona, y desde luego, eso es muy común.
Muchas personas en México aún no aprecian el diseño y mucho menos el trabajo del diseñador, años de estudio y otros más de experiencia de pronto parecen no tener valor. Ahí es dónde se encuentra la lucha con un mercado que considera que el diseño lo puede hacer cualquiera y no es necesario pagar a un diseñador. Obviamente tiene que ver con la cultura, quien no sabe es cómo quien no ve; decía mi madre.
Ahora vemos el problema del mercado mexicano en cuanto a valorar el diseño, es decir, pagarlo, pues imaginémonos qué tan complicado es que una mujer trabaje en el ámbito del diseño; me apoyaré en el caso de Clara Porset para darnos una idea: “Clara Porset (La Habana, 1895 – Ciudad de México, 1981) destacó en un medio dominado por hombres: en la década de los 50, era la única diseñadora industrial en México; además, fue un paso más allá al imponer una estética que fusionaba las vanguardias europeas y el arte popular mexicano en el diseño de mobiliario” vivetotalmentepalacio.mx/perfil-clara-porset
Recuerdo haber visto una entrevista que hicieron a un diseñador, alumno suyo, cuando se estaba haciendo un documental sobre su vida, en la entrevista le preguntaron algo así como qué había aprendido de ella. Él contestó: si hubiera sabido que era tan importante hubiera puesto más atención a su clase. Cuando escuché esta respuesta pensé varias cosas, pero sí sé que seguramente fue difícil para Clara dar clases a hombres en un mundo de hombres.
Estamos en el año 2020 y las cosas han cambiado, pero no mucho, hice mis prácticas profesionales en Crolls Mexicana, una empresa que hacía lavadoras. Normalmente trabajaba en el área de diseño con ingenieros y algunos compañeros diseñadores; en alguna ocasión me pidieron que recogiera información del otro lado de la nave y debía recorrer la planta llena de obreros, la mayoría hombres. A lo largo del camino escuché que me chiflaban y alguno que otro comentario repulsivo, yo pensaba, no estoy en la calle, estoy en un centro de trabajo y son mis compañeros, fue una experiencia desagradable. Lo platiqué con una amiga y compañera de clases que estaba trabajando en otra fábrica y me dijo que le había pasado lo mismo, pero me dio el consejo de hacer lo que ella hizo; se les puso enfrente y les dio los buenos días. Desde entonces ya no la molestaron.
Hace algunos años fui coordinadora de la carrera de Diseño Industrial en la Universidad Cuauhtémoc. Teníamos escritorios juntos los demás coordinadores, todos hombres, y yo, de las carreras de ingenierías; la gente, papás, profesores, visitantes, aunque mi escritorio quedaba más lejos, me venían a preguntar cualquier cosa y yo les decía a veces que no sabía; algunos, enojados, me contestaban: qué, ¿usted no es la secretaria? Lo preocupante es cuando tu jefe lo cree, que por ser mujer debes organizar su trabajo. En ese momento es cuando debes trabajar más duro para demostrar lo que puedes hacer y recordar que la gente nos trata como dejamos que lo hagan.
Por otro lado, es bien sabido que la mayor parte de la carga del hogar recae en la mujer, pero ¿qué pasa si además trabajas?, en el mejor de los casos compartirán quehaceres tu pareja y tú, pero la mayoría de las veces, por lo menos en nuestra cultura, se te exige tiempo completo en casa, aunque trabajes y otras tantas se desvaloriza lo que haces y minimizan tus logros.
Luego entonces, si como mujer decides trabajar por tu cuenta, en el ámbito de diseño, te encuentras con varios retos más; ahora no tienes compañeros de trabajo y jefe, ahora tienes empleados, clientes, proyectos que entregar, hacer presupuestos, conseguir dinero para la nómina, vender, entregar a tiempo, además de ser mamá y pareja de tiempo completo. Se ponen a prueba tus capacidades al máximo y es dónde hacer lo que amas tiene sentido.
Concluyendo, me gustaría quedaran para reflexionar las siguientes preguntas:
- ¿Por qué todavía se piensa que por ser mujer no puedes tener puestos importantes?Si un maestro piensa que el diseño no es importante, ¿qué se puede esperar de la sociedad en general, que de diseño sabe muy poco o nada?
- ¿Qué estrategias se tienen que seguir para que el diseño se valore?
- ¿Sólo por el hecho de ser mujer tienen derecho a molestarnos en nuestros centros de trabajo?
- ¿Por qué la mujer tiene que hacer un esfuerzo mayor como diseñadora para ser valorada?
- ¿Por qué algunos jefes piensan que tú como profesionista mujer debes hacer tareas de un auxiliar administrativo?
- ¿Cómo mujer-mamá-esposa puedes crear las condiciones necesarias para ser empresaria?
LEONOR DÍAZ
leonordiaz.design@gmail.com
https://www.facebook.com/leonordiazdesigner/