Diversidad en la industria tecnológica
El ser humano es definido por sus vivencias, las experiencias adquiridas, triunfos y fracasos, su orientación sexual, tradiciones, color de piel, educación, el lugar donde creció, donde vive. Son tantas las variables que, en conjunto, nos identifican como alguien único. Y de toda esta diversidad, es que podemos extraer diversas ideas para crear nuevos productos o servicios.
Desafortunadamente, vivimos en un mundo intolerante, pero no a la lactosa, sino, a él mismo. Entre tantas formas de pensar y el desagrado a lo diferente, causa una limitante de expresión y libertad. Podemos verlo en Twitter, donde más recientemente ha resultado ser un arma de doble filo, en el que el disgusto del público y el pensamiento contrario ha terminado incluso en despido de algunos.
Las organizaciones cuyo personal es más diverso aportan un mayor conocimiento y variedad de puntos de vista, lo cual aumenta la probabilidad de generar grandes ideas, por lo que la diversidad en la empresa resulta ser directamente proporcional a la capacidad de innovar y comprender mejor la industria.

En mi trabajo, en el IDIT, somos un grupo de personas heterogéneas, donde hay mujeres y hombres incluso con diversa orientación sexual, algunos muy altos y otros muy bajitos, de piel blanca u oscura y hasta combinados con los brazos y cara en otras tonalidades, creencias diferentes, todo esto aunado a las diversas especialidades con las que contamos, diseñadores, programadores, mecatrónicos, arquitectos, licenciados, ingenieros, maestros, entre otros. Esta diversidad nos permite comprender mejor los problemas, proponer y ofrecer soluciones y, en conjunto, nos hace fuertes para seguir creciendo en innovación y tecnología.
La diversidad resulta ser un pilar indispensable para que un equipo o trabajo pueda ser innovador.
Hace seis años que las grandes empresas de Silicon Valley publicaron sus primeros informes sobre diversidad en sus organizaciones, dichos datos revelaron una alta desigualdad, una industria predominantemente blanca y masculina, por lo que a partir de ese momento se han dedicado a nivelar la diversidad en sus empleados. Tim Cook, CEO de Apple mencionó que su compañía sería tan innovadora en el avance de esta como lo es en el desarrollo de sus productos.
En 2014, Google informaba que su personal de tiempo completo era del 61.3% blanco y 69.4% masculino. Cinco años después, en 2019, Google registro un 54.4% blanco y 68.4% masculino. Esto significa, que a pesar de los cambios que han implementado hasta la fecha, estas cifras apenas han cambiado.
Facebook también ha intentado ser más equitativo frente a la desigualdad presente desde sus inicios; su directora de diversidad, Maxine Williams, menciona que han aumentado el número de afroamericanos, mujeres en 25 veces y de hombres en 10 veces en los últimos cinco años.

A pesar de los cambios que ha intentado hacer la industria tecnológica, solo presenta alguna mejora en la representación en esas empresas, pero para nada ha sido suficiente.
En las grandes compañías, resulta ser difícil implementar estos cambios; como hemos podido ver, han pasado años y se ha logrado muy poco. Sin embargo, en las empresas pequeñas o startups, se puede fomentar la diversidad de una manera inclusiva, integral y responsable.
Al aceptar las diferencias, con respeto y humildad queda superflua aquella intolerancia, abriendo paso a la unión, promotora de grandes cambios. Frans Johansson, autor del libro El efecto Médici (2004), nos dice que la innovación se produce cuando las disciplinas y las ideas se interseccionan. Esto nos hace una referencia directa, si nos queremos jactar de innovadores, la diversidad no debe ser algo extra u obligatorio, debe ser natural.
Si queremos mejorar la sociedad en la que vivimos, no debemos esperar a que grandes cambios surjan por espontaneidad, debemos ser cada uno de nosotros quienes aportemos buenos valores, como el respeto a ti mismo y hacia los demás. Seamos diversos, seamos únicos.